Había una vez un individuo llamado Carlos, quien se encontraba en una encrucijada en su vida. En un mundo donde las decisiones podían alterar completamente el curso de su destino, Carlos tenía que elegir entre dos caminos aparentemente opuestos.

Un camino lo llevaba a seguir su pasión por el arte. Desde joven, había demostrado un interés por el arte, no había exposición que no visitara y mirase sin parar las obras expuestas, esas obras que colgaban de las paredes blancas, con luces apuntando a la obra. Si decidía tomar este camino, dedicarse al mundo del arte, significaba dejar atrás otras ideas mas y mejor remuneradas, pero sabía que este camino llenaría su corazón y a lo mejor el alma.

El otro camino lo llevaba hacia un mercado en alza, lleno de oportunidades. Carlos tenía habilidades excepcionales para comercializar cualquier producto y la resolución de problemas. Si optaba por este camino, podría tener una vida bien remunerado y una vida cómoda, pero sabía que tendría que sacrificar su pasión por el arte.

Una noche, Carlos quedó despierto reflexionando sobre su elección. Se preguntaba qué habría pasado si hubiera seguido el camino mas fácil. ¿Habría alcanzado el éxito o simplemente habría disfrutado haciendo que le arte llegase para sí mismo? ¿Sería realmente más feliz?

El sueño lo envolvió y lo llevó a un lugar en el que pudo ver dos versiones de sí mismo. En una, Carlos se había convertido en un famoso Galerista, viajando por el mundo y compartiendo su pasión con miles de personas. En la otra, era un exitoso director de empresa con una vida económicamente mas estable, viviendo cómodamente pero sin la misma pasión en su corazón.

Al despertar, Carlos se dio cuenta de que ambas versiones de su vida tenían sus propios encantos y desafíos. Había aprendido que no importaba qué camino eligiera, siempre habría momentos de felicidad y momentos de desafío. La clave era encontrar la satisfacción en su elección y trabajar duro para crear la vida que deseaba.

Así, Carlos siguió su corazón y eligió el camino del arte, sabiendo que la felicidad estaba en la búsqueda de sus sueños y en vivir la vida con autenticidad. Ya sea como artista o ingeniero, Carlos descubrió que el verdadero éxito residía en ser fiel a sí mismo y en encontrar alegría en cada paso del camino

Dedicado a mi mujer, que siempre estuvo y esta a mi lado, dándome su apoyo incondicional.